Un primer paso en nuestro caminar como sociedad fue el de la construcción de nuestra identidad, la que marca nuestro origen como pueblo. Indagar en ese periodo es preguntarse quienes somos y de donde venimos. La historia nos muestra que los chilenos somos herederos y parte de una comunidad muy amplia, constituida, en primer lugar, por los pueblos originarios que habitaban el continente americano en el momento de la Ilegada de los españoles. La identidad latinoamericana, de la cual formamos parte, tiene sus raíces mas profundas en la historia y cultura de las grandes civilizaciones precolombinas. De igual manera, nuestra particular identidad nacional se vincula a la de los pueblos indígenas que habitaron antiguamente el actual territorio chileno. Esas culturas tenían una manera específica de ver, entender y significar el mundo en que desarrollaban su existencia. Materialmente, resolvían los problemas prácticos de la supervivencia, se alimentaban, vestían, construían sus moradas de determinadas formas, que se transmitían y evolucionaban de generación en generación. La Ilegada de los españoles en el siglo XV, por tanto, no ocurre en un continente vacio. Ellos tampoco Ilegan sin equipaje: vienen con su propia cultura, con sus creencias y con sus objetos, portadores también de una tradición. Se trata de dos identidades - la indígena y la española - que tienen pocos elementos en común y que inevitablemente, dado el carácter violento del proceso de conquista, modifican el modo de ser y de hacer de ambos grupos. El orden colonial instaurado por la corona española en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII fija las nuevas pautas sociales, económicas, políticas y culturales que regirán la vida de la mayoría de los habitantes del continente americano. Para las poblaciones indígenas la nueva realidad tendrá efectos muy graves y significara un cambio radical y profundo en sus antiguas pautas culturales. Sin embargo, su integración al nuevo orden colonial lo ira al mismo tiempo modificando. La América española que instalaron los conquistadores a través de su dominación militar, de su organización política y económica y de predominio cultural resultó ser muy diferente a la América realmente se construyó tras tres siglos de relaciones entre indígenas y europeos.Un primer paso en nuestro caminar como sociedad fue el de la construcción de nuestra identidad, la que marca nuestro origen como pueblo. Indagar en ese periodo es preguntarse quienes somos y de donde venimos. La historia nos muestra que los chilenos somos herederos y parte de una comunidad muy amplia, constituida, en primer lugar, por los pueblos originarios que habitaban el continente americano en el momento de la Ilegada de los españoles. La identidad latinoamericana, de la cual formamos parte, tiene sus raíces mas profundas en la historia y cultura de las grandes civilizaciones precolombinas. De igual manera, nuestra particular identidad nacional se vincula a la de los pueblos indígenas que habitaron antiguamente el actual territorio chileno. Esas culturas tenían una manera específica de ver, entender y significar el mundo en que desarrollaban su existencia. Materialmente, resolvían los problemas prácticos de la supervivencia, se alimentaban, vestían, construían sus moradas de determinadas formas, que se transmitían y evolucionaban de generación en generación. La Ilegada de los españoles en el siglo XV, por tanto, no ocurre en un continente vacio. Ellos tampoco Ilegan sin equipaje: vienen con su propia cultura, con sus creencias y con sus objetos, portadores también de una tradición. Se trata de dos identidades - la indígena y la española - que tienen pocos elementos en común y que inevitablemente, dado el carácter violento del proceso de conquista, modifican el modo de ser y de hacer de ambos grupos. El orden colonial instaurado por la corona española en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII fija las nuevas pautas sociales, económicas, políticas y culturales que regirán la vida de la mayoría de los habitantes del continente americano. Para las poblaciones indígenas la nueva realidad tendrá efectos muy graves y significara un cambio radical y profundo en sus antiguas pautas culturales. Sin embargo, su integración al nuevo orden colonial lo ira al mismo tiempo modificando. La América española que instalaron los conquistadores a través de su dominación militar, de su organización política y económica y de predominio cultural resultó ser muy diferente a la América realmente se construyó tras tres siglos de relaciones entre indígenas y europeos. Resulta muy importante, entonces, para entender nuestra identidad, conocer en profundidad lo sucedido en Chile durante el periodo colonial. Conocer como la vida cotidiana fue moldeando una nueva identidad, más compleja, que Ilamaremos mestiza, fruto de las nuevas relaciones sociales que caracterizaron a la sociedad colonial. Una identidad mestiza que se hizo mayoritaria en la población latinoamericana, coexistiendo con algunas de las identidades originarias.
Resulta muy importante, entonces, para entender nuestra identidad, conocer en profundidad lo sucedido en Chile durante el periodo colonial. Conocer como la vida cotidiana fue moldeando una nueva identidad, más compleja, que Ilamaremos mestiza, fruto de las nuevas relaciones sociales que caracterizaron a la sociedad colonial. Una identidad mestiza que se hizo mayoritaria en la población latinoamericana, coexistiendo con algunas de las identidades originarias.