jueves, 7 de julio de 2011

Manifestaciones En La Época Colonial

MÚSICA: con la fundación de algunas escuelas fundamentales se inicio la enseñanza del canto llano, que más tarde paso a ser materia de estudio en la Universidad de Caracas. El propósito de la instrucción musical que se impartía era principalmente religioso a objeto que los estudiantes aprendieran e interpretaran en la Iglesia los cantos de la liturgia católica.





PINTURA: no hubo escuelas ni academias de pintura durante la colonia. La practica de este arte respondía a las necesidades de la Iglesia y comenzó con la ejecución de copias e imitaciones de pinturas originales traídas de España o de las colonias de mayor desarrollo como México y Santa Fe de Bogota. El oficio de pintar estuvo generalmente en manos de mestizos y pardos, bajo la dirección de misioneros y frailes, y consistió en la pintura de imágenes de santos, episodios bíblicos y retratos de personalidades de la Iglesia. La poca calidad de los modelos, el origen social de los artesanos encargados de su ejecución y la imposibilidad de éstos de conocer directamente obras y maestros extranjeros, determino que la pintura colonial en Venezuela fuera anónima, escasa y de poca calidad artística.

ARQUITECTURA: el estudio de la arquitectura como expresión cultural de la colonia es importante por la estrecha relación que tuvo con la fundación y crecimiento de las ciudades, las necesidades de la Iglesia Católica y la defensa del territorio de los ataques de piratas, corsarios y contrabandistas. Se le puede considerar, pues, en sus tres aspecto de arquitectura, civil, religiosa y militar.

LA EDUCACIÓN: las características anotadas de la cultura colonial se ponen en manifiesto, al estudiar el sistema de educación vigente durante el periodo. En primer termino, la iglesia católica tuvo en sus manos la orientación espiritual de la vida social e impuso su sello exclusivo a la enseñanza. En las escuelas, seminarios y universidades, el pensum de los estudios se reducía a materias religiosas y solo se podrían inscribirse en los planteles los hijos de familias blancas.

jueves, 30 de junio de 2011

Que Significa La Construcción De una Identidad Mestiza?

Un primer paso en nuestro caminar como sociedad fue el de la construcción de nuestra identidad, la que marca nuestro origen como pueblo. Indagar en ese periodo es preguntarse quienes somos y de donde venimos. La historia nos muestra que los chilenos somos herederos y parte de una comunidad muy amplia, constituida, en primer lugar, por los pueblos originarios que habitaban el continente americano en el momento de la Ilegada de los españoles. La identidad latinoamericana, de la cual formamos parte, tiene sus raíces mas profundas en la historia y cultura de las grandes civilizaciones precolombinas. De igual manera, nuestra particular identidad nacional se vincula a la de los pueblos indígenas que habitaron antiguamente el actual territorio chileno. Esas culturas tenían una manera específica de ver, entender y significar el mundo en que desarrollaban su existencia. Materialmente, resolvían los problemas prácticos de la supervivencia, se alimentaban, vestían, construían sus moradas de determinadas formas, que se transmitían y evolucionaban de generación en generación. La Ilegada de los españoles en el siglo XV, por tanto, no ocurre en un continente vacio. Ellos tampoco Ilegan sin equipaje: vienen con su propia cultura, con sus creencias y con sus objetos, portadores también de una tradición. Se trata de dos identidades - la indígena y la española - que tienen pocos elementos en común y que inevitablemente, dado el carácter violento del proceso de conquista, modifican el modo de ser y de hacer de ambos grupos. El orden colonial instaurado por la corona española en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII fija las nuevas pautas sociales, económicas, políticas y culturales que regirán la vida de la mayoría de los habitantes del continente americano. Para las poblaciones indígenas la nueva realidad tendrá efectos muy graves y significara un cambio radical y profundo en sus antiguas pautas culturales. Sin embargo, su integración al nuevo orden colonial lo ira al mismo tiempo modificando. La América española que instalaron los conquistadores a través de su dominación militar, de su organización política y económica y de predominio cultural resultó ser muy diferente a la América realmente se construyó tras tres siglos de relaciones entre indígenas y europeos.Un primer paso en nuestro caminar como sociedad fue el de la construcción de nuestra identidad, la que marca nuestro origen como pueblo. Indagar en ese periodo es preguntarse quienes somos y de donde venimos. La historia nos muestra que los chilenos somos herederos y parte de una comunidad muy amplia, constituida, en primer lugar, por los pueblos originarios que habitaban el continente americano en el momento de la Ilegada de los españoles. La identidad latinoamericana, de la cual formamos parte, tiene sus raíces mas profundas en la historia y cultura de las grandes civilizaciones precolombinas. De igual manera, nuestra particular identidad nacional se vincula a la de los pueblos indígenas que habitaron antiguamente el actual territorio chileno. Esas culturas tenían una manera específica de ver, entender y significar el mundo en que desarrollaban su existencia. Materialmente, resolvían los problemas prácticos de la supervivencia, se alimentaban, vestían, construían sus moradas de determinadas formas, que se transmitían y evolucionaban de generación en generación. La Ilegada de los españoles en el siglo XV, por tanto, no ocurre en un continente vacio. Ellos tampoco Ilegan sin equipaje: vienen con su propia cultura, con sus creencias y con sus objetos, portadores también de una tradición. Se trata de dos identidades - la indígena y la española - que tienen pocos elementos en común y que inevitablemente, dado el carácter violento del proceso de conquista, modifican el modo de ser y de hacer de ambos grupos. El orden colonial instaurado por la corona española en América durante los siglos XVI, XVII y XVIII fija las nuevas pautas sociales, económicas, políticas y culturales que regirán la vida de la mayoría de los habitantes del continente americano. Para las poblaciones indígenas la nueva realidad tendrá efectos muy graves y significara un cambio radical y profundo en sus antiguas pautas culturales. Sin embargo, su integración al nuevo orden colonial lo ira al mismo tiempo modificando. La América española que instalaron los conquistadores a través de su dominación militar, de su organización política y económica y de predominio cultural resultó ser muy diferente a la América realmente se construyó tras tres siglos de relaciones entre indígenas y europeos. Resulta muy importante, entonces, para entender nuestra identidad, conocer en profundidad lo sucedido en Chile durante el periodo colonial. Conocer como la vida cotidiana fue moldeando una nueva identidad, más compleja, que Ilamaremos mestiza, fruto de las nuevas relaciones sociales que caracterizaron a la sociedad colonial. Una identidad mestiza que se hizo mayoritaria en la población latinoamericana, coexistiendo con algunas de las identidades originarias.
 Resulta muy importante, entonces, para entender nuestra identidad, conocer en profundidad lo sucedido en Chile durante el periodo colonial. Conocer como la vida cotidiana fue moldeando una nueva identidad, más compleja, que Ilamaremos mestiza, fruto de las nuevas relaciones sociales que caracterizaron a la sociedad colonial. Una identidad mestiza que se hizo mayoritaria en la población latinoamericana, coexistiendo con algunas de las identidades originarias.

Siglo XVIII

LA IGLESIA:
Se ha dicho, y no sin razón, que “ el predominio de los jesuitas en los dos primeros tercios del siglo XVIII, aplastó a la iglesia y a las órdenes religiosas”. Los obispos fueron sacerdotes cuerdos, apostólicos y virtuosos, que generalmente se inspiraron en los principios de la compañía de Jesús, cuyo lema era evitar dificultades. De ellos, los más notables fueron Alonso del Pozo y Silvia y Manuel Alday, ambos chilenos.
LA EDUCACIÓN:
La instrucción primaria.
Esta rama mereció ahora mayor atención de parte de las comunidades religiosas y de los cabildos.
Las escuelas primarias parroquiales y la de los cabildos eran publicas y gratuitas para los pobres. Los maestros no eran siempre los párrocos, pues los laicos también eran admitidos en la enseñanza.
La enseñanza secundaria.
Los establecimientos secundarios seguían siendo los seminarios, el convictorio de San Francisco Javier y los colegios de las demás ordenes religiosas. Allí se aprendía preferentemente el latín, por la gramática de Antonio de Nebrija.
LA LITERATURA:
Durante el siglo XVIII, decae el interés por los temas relacionados con la guerra de Arauco: la poesía épica y la antigua crónica guerrera ceden el campo a las descripciones histórico- geográficas, destinadas a dar a conocer al país en el viejo mundo y publicadas por algunos jesuitas expulsos, en todos los cuales alienta un profundo amor al terruño. Fueron los padres Olivares, Vidaurre y Molina, que escribieron en el destierro.

Siglo XVII

LA IGLESIA:
En el siglo XVII ya es la Iglesia de América una poderosa entidad, en la cual, además del interés espiritual de evangelizar a los indios, se observa el de dominar la sociedad criolla y al propio Estado.
El clero regular.
El clero secular de esta época, por ser mas reducido y más pobre que le clero regular, tuvo menos influencia que éste. Los curas vivían, en general, de los diezmos y primicias y de los derechos parroquiales que se cobraban por bautizos, matrimonio, funerales y responsos.
LA EDUCACIÓN:
La enseñanza femenina.
La educación de las mujeres se hizo en los conventos de monjas, ya desde el siglo XVI. En ellos se educaban las “señoritas principales”
Escuelas de indígenas.
Debido a la necesidad de predicar a los indios en su propia lengua, para convertirlos a la fe católica, se abrió en Penco un curso de lengua araucana, que fue de poca duración por la escasez de alumnos.
Universidades pontificias.
En el siglo XVII, el colegio de los dominicos y el colegio jesuitas de San Miguel fueron transformados en universidades pontificias. Se les llamaba así porque su instalación era autorizada por el papa.
LA LITERATURA:
En esta etapa de la evolución literaria colonial se mantienen la influencia de Ercilla y la preocupación por los sucesos de Arauco.
Dos son las figuras mas notables de las letras nacionales: Francisco Nuñez de Pineda y Bascuñan y fray Alonso de Ovalle, ambos nacidos en chile.

Siglo XVI

  • “ La araucana”. El capitán don Alonso de Ercilla y Zuñiga (1533- 1593) fue paje del príncipe don Felipe y llegó a Chile en el cortejo de Hurtado de Mendoza. Tomó parte en la guerra de arauco y entre combate y combate escribió, en octavas reales, su poema La Araucana, considerado un gran poema épico y la obra más famosa que América inspiro en Europa.



  • Los dominicos y los franciscanos. Fundaron en Chile los primeros conventos y contaron con algunos monjes ilustres. Entre ellos cabe mencionar al franciscano fray Diego de Medellín, que gobernó la diócesis de Santiago a fines del siglo.


  • LA IGLESIA:
    Los primeros sacerdotes.
    Desde los comienzos de la conquista, junto al hombre de armas venia el sacerdote, dispuesto a convertir a los indios y a iniciarlos en la civilización cristiana.
    Con ello satisfacía el fin espiritual de la conquista, cual fue la incorporación de los infieles a las huestes de Cristo. En el clero, por lo demás, hallaron los naturales sus más activos defensores contra la codicia de muchos encomenderos.
    Los primeros sacerdotes que se radicaron en chile vinieron con Pedro de valdivia: diez mercedarios y tres clérigos, de los cuales Rodrigo González de Maromeo seria el primer obispo de Santiago.
    En los primeros tiempos, los sacerdotes fueron capellanes de ejercito, que en mas de una oportunidad se vieron obligados a participar en los combates. Luego se dedicaron a servir de doctrineros, es decir, a convertir a los indios sometidos. Otros fueron misioneros en tierras de Arauco

    Las primeras ordenes religiosas.
    En el siglo XVI se establecieron en chile las primeras comunidades religiosas, las cuales fundaron casas o conventos en todas las ciudades.

  • Los mercedarios. Fueron los primeros regulares que pisaron nuestro suelo; pero al comienzo de la conquista sirvieron de capellanes y solo mucho más tarde fundaron convento.







  • Los jesuitas. Los jesuitas llegaron en 1593 y fundaron escuelas y colegios. Además de la enseñanza, se dedicaron a la predicación y evangelización de los indios, a los que predicaron en su propia lengua.



  • Los primeros obispados. En 1561, el pontificie romano creó la diócesis del nuevo extremo, como sufraganea de la lima. Estuvo integrada por el territorio desde el desierto de Atacama al sur, mas las religiones de Tucumán y cuyo. Su primer obispo fue el ya mencionado González de Maromeo.



    La desmesurada extensión de esta diócesis determino la segregación de Tucumán (1570) y la creación de la diócesis de la imperial (1564).
    Los comienzos de la vida intelectual.
    Durante los primeros años de la conquista la única preocupación efectiva de los españoles fue la guerra. No hubo libros ni escuelas y el papel escaseo en tal forma que Ercilla tuvo que escribir muchas estrofas de la Araucana sobre tiras de cuero o simples pedazos de papel. Hubo años en que careció de papel hasta para las actas del cabildo de Santiago.
    Poco más tarde, con la instalación de las primeras comunidades religiosas principia un rudimento de vida cultural y de enseñanza.

  • La instrucción primaria. Esta rama de la enseñanza empezó bajo el gobierno de hurtado de Mendoza, cuando Santiago dejó de ser un campamento y se inicio la vida en familia.



  • Junto con crecer la población aparecieron los primeros maestros, españoles desterrados del Perú a raíz de las guerras civiles.
    El cabildo de la capital, por su parte, se preocupó desde un comienzo de la enseñanza de las primeras letras, autorizando a algunos sujetos para ejercer de maestros de enseñar niños, previa exigencia de idoneidad, de buenas costumbres y de un arancel.

  • La enseñanza secundaria. Comenzó a fines del siglo VXI con la apertura del colegio de los dominicos y del colegio de San Miguel, de los jesuitas (1595), en los cuales se enseñaba gramática latina, filosofía y teología.



  • Los jóvenes capaces y pudientes eran enviados a estudiar a Lima, como es el caso del poeta criollo Pedro de Oña, los virreyes, por su parte, comenzaron a conceder becas en Lima a los hijos de los conquistadores de chile.



    La literatura.
    Nuestra literatura comienza por el poema épico, único género apropiado a aquellos tiempos en que se escribía “la pluma ora en la mano, ora la lanza”.



    2.“ Arauco Domado”. Ercilla tuvo un imitador en el poeta chileno Pedro de Oña (1570- 1643). Era hijo de un capitán español que fue muerto por los mapuches en la guerra de arauco y nació al fragor de los combates en la cuidad de Angol. Sus primeros años los pasó en chile, hasta que, agraciado con una beca por el entonces virrey don García Hurtado de Mendoza, ingreso a la Universidad de San Marcos de Lima, donde se gradúo de licenciado en leyes.